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domingo, 28 de febrero de 2016

Por la gloria de mi madre

Aunque mi madre es de Navarra tuvo a bien traerme a este mundo en la bonita ciudad de Málaga y criarme en un pueblo de la Sierra de Cádiz, así que soy andaluza por la gloria de mi madre. Ya he dicho otras veces en este blog que no soy nacionalista, pero un día al año me hierve la sangre de orgullo de ser de la misma tierra que vio nacer a Averroes, Lorca,  María Zambrano, o Sor Ángela de la Cruz, a la que por monja ahora le quieren quitar la calle, entre otros grandes. 
Andalucía eligió en referéndum constituirse en Comunidad Autónoma el 28 de febrero de 1980, yo entonces acababa de cumplir 8 años, nunca había salido de la recién estrenada Comunidad y me interesaban más los nuevos muñecos con aspecto de bebé que la política. Treinta y seis años después hemos sobrevivido a una Exposición Universal, varias crisis económicas, llegadas masivas de inmigrantes sin medios para atenderlos , gobiernos corruptos, fraudes de formación y un aumento del desempleo hasta un nivel incompatible con la vida. También al desarrollo de uno de los sistemas sanitarios más modernos del país, a la mejora de sus infraestructuras y la llegada de la universidad a las ocho provincias. 


Andalucía ha tenido a lo largo de su historia múltiples invasiones, tantas, que uno llega a pensar que es la tierra que cualquiera querría llevar por bandera, ¿qué pasa entonces con los andaluces? Por supuesto que sentimos orgullo de patria,pero como pueblo, nos falta autoconfianza. El duende y el buen café desaparecen al cruzar Despeñaperros. Hace unos días escribí sobre la autoestima pero, ¿puede tener todo un pueblo baja autoestima? Yo creo que sí.

Los andaluces somos gente tolerante, sociable, nos reímos hasta de nosotros mismos, estamos acostumbrados a compartir nuestra casa con todo el que llega y a veces parece que ese talante nuestro nos hace perder nuestra identidad de pueblo, o no defenderla debidamente cuando toca.

"Hola", "anda, eres andaluza, qué graciosa, di algo", éste es un inicio de conversación típico para un andaluz que vive fuera, como yo. Pero eso no es nada, sólo hay que ver un poco la tele para descubrir que el personaje gracioso de cualquier serie tiene acento andaluz, y preferentemente, cecea.  Obviamente he conocido muchos hablantes ceceantes enormemente cultos, pero da igual para el resto del mundo eres un paleto. Luego está el seseo, "es que habláis mal", me dicen muchas veces, y yo siempre contesto lo mismo "400 millones de seseantes no pueden estar equivocados". En fin, que nuestra falta de autoestima como pueblo empieza por el idioma, pero probablemente llegue mucho más lejos: nuestro estereotipo nos describe como holgazanes, juerguistas, divertidos, superficiales y despreocupados. Qué duro es vivir en cualquier otra parte de España y afrontar ese estereotipo cada día. Qué duro es ver que aún teniendo la ubicación estratégica, el entorno privilegiado, los recursos naturales, la creatividad, la inteligencia, el duende y la poesía, Andalucía pierde cada año grandes recursos humanos emigrados por causa de falta de oportunidades y ostenta un alto índice de desempleo y economía sumergida. 

Hoy 28 de febrero me gustaría invitar a todos los andaluces que me lean a recuperar el espíritu que unió a nuestros padres hace 36 años y que "sean por una Andalucía libre" y por un pueblo orgulloso de su identidad "España y la humanidad". 
Para los que quieran saber cómo empezó este sueño, les recomiendo la película "Una pasión singular", que cuenta con la ternura merecida, la vida de Blas Infante. Y para los que quieran profundizar en el lenguaje andaluz sin complejos, el blog de mi gran amigo Pepe, mejor periodista y magnífico andaluz  pepedelacuevaleon.blogspot.com .



1 comentario:

  1. Los estereotipos, sean de donde sean, llevan a error. Somos humanos individuales y cada uno de nosotros tiene componentes buenos, malos y regulares con independencia de donde te sientas, para nada, como bien dices, de donde naces.
    Entiendo que dices que falta identidad autonómica y citas varios componentes, como la emigración, que no ayudan a la ello, además de otros.
    Me ha gustado este punto de vista.

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