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martes, 21 de junio de 2016

Funcionarios, con perdón

Hace unos días estuve en Tráfico para hacer unas gestiones. Cuando la funcionaria me miró, me dieron ganas de decirle: "a ver, ¿qué te pasa? A mí me lo puedes contar, que soy psicóloga....". La señora de Tráfico tenía aspecto de haber pasado una noche loca en el infierno, haberse maquillado a oscuras, no saber lo que es un peine y haber desayunado aguardiente mientras un duende verde le pedía que lo quemara todo. Por suerte para mí, eso no obstaculizó mi gestión, ya que era algo bastante sencillo y que podía resumirse en una frase de mi pueblo que vale casi para cualquier situación: en pagando no hay ningún  problema.

Como no sé lo que le ocurría a la señora cuyo nombre nunca llegué a conocer, y además yo pude realizar mi gestión, no voy a entrar a juzgarla. Simplemente diré que dar los buenos días con una sonrisa es gratis, y ayuda mucho a que el usuario que ha sido atendido tres cuartos de hora después de su citaporinternet, como fue mi caso, alivie su natural tendencia al homicidio.



Bromas aparte, hoy quiero hablar de esa parte de españoles en activo tan odiada, vilipendiada, acusada, criticada y sobre todo, envidiada: los funcionarios. Tiro una piedra en la historia de mi vida y los más rebeldes de mis antiguos amigos son jefes de estudio, funcionarios de prisiones, guardias civiles, policías locales, ¡inspectores de hacienda!, médicos, profesores de universidad, jueces...y de mis conocidos en paro, muchos preparan oposiciones de lo más variopinto mientras se quejan de lo mal que funciona el sistema y del escaso número de plazas en oferta.

Aprobar unas oposiciones no te convierte automáticamente en el enemigo, ni te concede un trabajo de 8 a 15, ni te da poder para abusar de los demás. Lo que pasa es que este país ha perdido el norte y tanta corrupción ha conseguido que la población deje de creer en los valores que sustentan al funcionariado: el servicio público, gratuito, universal.

Los temidos temarios
Ser funcionario no es cuestión de suerte, la suerte es disfrutar del trabajo por el que has luchado tanto sin caer en el famoso burnout. la situación a la que muchos llegan y los inhabilita para el servicio público, que es lo que se supone que deben ejercer. Otro día hablaré del Síndrome de Burnout y de cómo atrapa en sus redes a los más inocentes, a ésos que empezaron queriendo quemarlo todo para cambiar el mundo y se quemaron ellos en la primera vuelta, también de aquéllos que arriesgaron mucho, entregaron todo, pusieron toda la carne en el asador y cuando se dieron la vuelta para repartir, estaban solos.

Ahora que está tan de moda criticar, ahora que tenemos una clase política que se ha forjado su impopularidad, me gustaría romper una lanza por los funcionarios que resisten a la inercia y la desgana general (no de los empleados públicos, sino gran parte de la sociedad), a los recortes y eliminaciones de sus pagas, a la acumulación de trabajo al no cubrirse todas las jubilaciones con plazas nuevas, a las críticas de los usuarios no siempre justificadas, a la indefensión aprendida que muchos acaban sufriendo, el principio del burnout. Puede que a veces nos dé la impresión de que no son muchos éstos que resisten, pero ellos son los culpables de que yo aún crea en la función pública, ellos me ayudan a superar los encuentros con aquellos otros que han tirado la toalla y recordarles que quien paga su nómina soy yo.

Esta sociedad tiene que hacer algo para que quienes están al servicio de los demás (políticos y funcionarios) ejerzan de verdad y con alegría esta función, sabiendo que es un privilegio que les otorgamos y no una posición privilegiada. Tenemos que recuperar la fe en quienes educan a nuestros hijos, nos ayudan a traerlos al mundo, nos protegen, velan por nuestros intereses, gestionan nuestras relaciones con la Administración o determinan el cumplimiento de las leyes. Espero que el gobierno que se forme el 26J (quiero ser optimista) se haga merecedor de nuestra confianza y la transmita al funcionariado, para que todos ésos que resisten, a los que quiero dedicar esta entrada (Jesús, Enrique, Raquel, Verónica, Isabel, Ana, José Domingo, Charo, Juan, Menchu, Marisol) sigan siendo un ejemplo a seguir y una motivación para todos.




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