A veces pienso que quienes creen que aún estamos en plena dictadura franquista tienen razón, me pasa siempre que en una reunión alguien habla de sexo, en broma o en serio, y empiezan a sonar risitas. También cuando un político para llamar la atención, en lugar de decir algo sensato, que sería original, se besa con otro de su mismo sexo en mitad del Congreso (o Congresa, puestos a decir paridas, digo, a ser paritarios). Y es que en este país que se llama España, los términos "teta", "culo" y similares despiertan aún la misma hilaridad que en nuestros supuestamente reprimidos abuelos...
Antilibidinosa sesión parlamentaria |
Los americanos que son, para ciertas cosas, sobradamente horteras, no tienen problemas de ese tipo, aceptan las contradicciones de la vida. En el día de hoy celebran the steak and blowjob day, justo un mes después de San Valentín, en defensa de lo que, según ellos, los hombres más valoran y merecen si el susodicho sanvalentín ha sido del agrado de las féminas. Hacen eso en un país con férrea tradición anglosajona, en el que aún existen leyes que prohíben ciertas prácticas sexuales implicadas en esta misma celebración, eso sí, sin hablar del tema el resto del año. Pobres, bastante tienen con soportar a Donald Trump intentando sacar rédito electoral del tamaño de sus atributos masculinos. Efectivamente, cuando siento vergüenza ajena por la política nacional, me quito complejos viendo la sección internacional del informativo.
Cuánto daño hace la erótica del poder |
Las hijas del Cid a merced del lobo |
Así somos nosotros: los hombres bromean con el sexo y las mujeres nos reímos, porque si alguna se atreve a opinar, se la juega. Yo soy de las que opinan, porque para qué quiere uno una opinión, si no puede compartirla, y además me permito bromear sobre sexo, porque nunca me he tenido en un estatus diferente al de los hombres, mal que le pese a alguno. Para los que estéis interesados en profundizar en las diferentes visiones de la sexualidad por géneros, os recomiendo como lectura Homo Erectus, de Juan Eslava Galán (el hombre que más me ha hecho reír sin tener la suerte de haberlo conocido nunca, maravilloso escritor andaluz, por cierto), que es una visión inevitablemente masculina pero fantástica y divertidísima de los encuentros y desencuentros entre ambos géneros a lo largo de la historia. Desde luego que lo he leído, a pesar de las propias advertencias del autor en la portada...
Leyendo el "Manual para hombres que NO deben leer las mujeres" |
Creo que este país tardará mucho en cambiar, y tampoco veo necesario llegar a los extremos de frialdad de los anglosajones o los europeos del norte, porque aunque mientras éstos últimos intercambian parejas y vivencias sexuales con la facilidad con que nosotros tomamos unas cañas, eso nos supondría perder nuestra pasión, el juego, la tensión sexual, el deshojar de la margarita y los juramentos eternos que uno formula y cree durante unas cuantas horas. Todo esto y la diferencia de roles entre hombres y mujeres es parte esencial de nuestra cultura latina, mirar hacia otro lado y querer cambiar a toda costa sería como renunciar a parte de nuestra identidad, creo que es mejor adaptar esta identidad a los tiempos modernos que nos ha tocado vivir. Por todo esto, propongo consagrar este 14 de marzo como día de la tortilla de patata y los besos de tornillo, dos de las cosas que más me gustan en el mundo. Llamadme hortera, pero no se me ocurre nada más eróticamente autóctono que un beso con regusto a aceite de oliva, faltaría más.
Hasta que se acepte mi propuesta, hoy, 14 de marzo (mes tres), los matemáticos celebran el día Pi, Para los que no creaís que sexo y matemáticas son compatibles, os dejo El Teorema de Thales, una de mis canciones favoritas de Les Luthiers.
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